El mantenimiento de impresoras y su cuidado "diario" son el condicionante de la vida útil de las mismas. Como cualquier otro dispositivo tecnológico, se debe prestar atención a unos cuidados básicos para que las impresoras se mantengan en un buen estado durante más tiempo.
En anteriores posts hablamos sobre el mantenimiento preventivo de las impresoras, pero en esta ocasión nos centraremos en aspectos más básicos, pautas que pueden evitar las averías provocadas por pequeños descuidos.
7 cuidados básicos para el mantenimiento de impresoras
Ubicación. Debemos asegurarnos de que no colocamos las impresoras cerca de fuentes de calor (estufas, calefacciones...), ya que pueden provocar el secado de la tinta y de los cabezales de impresión.
Usar la impresora con frecuencia. Es importante imprimir varias hojas de forma periódica para evitar el secado de la tinta y los cabezales o el bloqueo de pequeños componentes por su falta de uso. Lo adecuado sería utilizarla por lo menos una vez a la semana.
Utilizar el papel adecuado. Hay que tener en cuenta qué papel es el adecuado para la impresora y para la tarea que vamos a imprimir. Para ello, debemos verificar la configuración antes de empezar a imprimir. Además, no hay que sobrepasar la capacidad máxima de papel en el cargador, ya que podríamos ocasionar problemas en el equipo y retener las tareas.
No forzar el papel. Nunca hay que forzar la salida del papel tirando de él ya que se pueden dañar los rodillos de la impresora. Tampoco hay que utilizar papel que esté arrugado, con cortes, polvo...
No manipular las piezas. Tocar partes como las tarjetas electrónicas, los cabezales o el fusor sin conocimiento puede dañar partes imprescindibles de la impresora. Tampoco se deben utilizar productos de limpieza directamente sobre las piezas internas. Las limpiezas internas de una impresora deben de llevarse a cabo por profesionales.
Apagar siempre la impresora. Si no apagamos el dispositivo puede recalentarse y se quemará el sistema.
Cubrir las impresoras. Al cubrir las impresoras evitamos que el polvo, motas, grasa u otros residuos obstruyan los delicados mecanismos de la impresora.
Como hemos visto, el mantenimiento de impresoras básico se compone solo de unos pequeños detalles que podemos llevar a cabo sin ningún esfuerzo. Sin embargo, estas pequeñas pautas se traducen en unos grandes beneficios: aumento de la vida útil de la impresora, evitar averías y, resumiendo, ahorro de costes y tiempo.